Tim Burton no abordaba un personaje real desde que Johnny Depp se metió en la piel de Ed Wood. Eso fue hace más de 20 años. Burton se tomó su tiempo hasta que encontró una historia capaz de fascinarlo, digna de los cuentos y de los paisajes surrealistas que aborda desde su particular sentido de la belleza. La vida de Margaret Keane dista de ser una fábula, aunque es ciento por ciento novelesca, condición que la une al insólito devenir de Ed Wood. No se puede creer que semejantes historias hayan ocurrido.
Los cuadros de Margaret Keane son un clásico del arte pop estadounidense, usualmente comparados a las latas de sopa Campbell de las que se apropió Andy Warhol por la misma época: la efervescente década del 60. Los niños que pinta Keane (aún hoy, al borde de los 90 años) miran de frente, con ojos desproporcionados, hermosos y terroríficos a la vez. Un bocado de cardenal para Burton, eterno cazador de estéticas perturbadoras. Esos ojos inundan la pantalla desde lienzos, muros y primeros planos, con los que Burton ensaya un juego de oposiciones y se permite algún desliz onírico. De otra manera no sería Burton.
“Big eyes” está escrita por la dupla Scott Alexander-Larry Karaszewski, guionistas también de “Ed Wood”. No es una coincidencia, claro. La clave pasa por explicar cómo llegó Margaret Keane al extremo de invisibilizarse en favor de su esposo. La condición de mujer separada con una hija a cuestas, urgida de protección, no alcanza para justificar semejante humillación. Quedaron capas por explorar en el interior de Margaret Keane y esa esa una de las llamativas deudas de “Big eyes”.
Amy Adams y Christoph Waltz (¿algo sobreactuado tal vez?) construyen el universo complejo y engañoso de la familia Keane mientras desde las pinturas cientos de ojos los contemplan en un inquietante y expresivo silencio. Lejos de sus mejores películas, a Burton le sobra con esas pinceladas para subrayar su dimensión de artista.
Manipulada por su flamante marido, Margaret Keane aceptar cederle el crédito de su producción artística, caracterizada por las pinturas de niños dotados de ojos gigantescos. Walter Keane se convierte en una celebridad, mientras ella se pasa la vida pintando, encerrada en el estudio. ¿Hasta cuándo podrá sostenerse una situación como esa?
BUENA
origen: EEUU, 2014. direcciÓn: Tim Burton. CON: Amy Adams, Christoph Waltz, Danny Huston. violencia: con escenas. sexo: sin escenas. marca registrada: la música de Danny Elfman y el vestuario de Colleen Atwood. aplausos para: el gran Terence Stamp, en el breve papel de un implacable y arrogante crítico de arte.